Alergia e intolerancia alimentaria: Principales formas clínicas de presentación

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C. Bousoño García

Bol. Pediatr. 1999; 39 (169): 148 - 151

Agrupados bajo el nombre de "reaciones adversas a alimentos", y aunque de patogenia diferente, la alergia y la intolerancia comparten diferentes aspectos etiológicos, clínicos y terapéuticos. Todos tenemos claro el aspecto conceptual de lo que es una atopia, es decir una reacción inmunológica tipo I de Gell y Coombs mediada por IgE, que requiere de un alergeno alimentario en un sujeto previamente sensibilizado, y que clínicamente se traduce por una reacción más o menos compleja, a veces espectacular y casi siempre inmediata. La identificación de un paciente atópico resultaría relativamente sencilla a partir de la determinación de las reaginas específicas circulantes (RAST) o mediante las pruebas de reactividad cutáneas inmediatas (Prick test). No obstante, en el grupo de alergias alimentarias deben incluirse también las que ocurren por otros mecanismos inmunológicos IgE independientes (hipersensibilidad celular, actuación de linfoquinas, inmunocomplejos, etc.), difíciles de estudiar en la práctica. También admitimos, que una intolerancia es un fenómeno clínico, en el que no se ha demostrado un mecanismo inmunológico subyacente, que se traduce por una serie de manifestaciones más o menos tórpidas tras la ingesta de determinados alimentos. Su patogenia es más oscura y puede ser tóxica, enzimática, metabólica, farmacológica, psicológica o "pesudoalérgica"...

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  • Inmunoalergia