Telorragia en la infancia, ¿motivo de alarma?

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J. Martínez Blanco , E. Lombraña Álvarez

Bol. Pediatr. 2012; 52 (221): 175 - 178

La telorragia es una entidad poco frecuente en pediatría. Por esta razón y por su asociación con patología tumoral en el adulto suele ser un motivo de preocupación. Su causa más frecuente es la ectasia ductal mamaria, aunque se deben descartar otras patologías, como son la mastitis, los trastornos hormonales y las masas y quistes de la glándula mamaria. Se describe el caso de una niña de un mes y medio de vida que acude por presentar un sangrado intermitente y escaso a través del pezón derecho. En la exploración física se objetiva la presencia de una descarga sanguinolenta al presionar dicha mama, sin apreciarse hipertrofia de la glándula ni nódulos palpables. Dado que, ni la exploración ni los resultados de las pruebas complementarias sugerían la presencia de un proceso maligno se adoptó una actitud expectante y, al cabo de unos días, la telorragia había desaparecido espontáneamente y la niña se encontraba asintomática. Es importante tener en cuenta que la mayoría de patologías que dan lugar a telorragia en la infancia tienen buen pronóstico y son de carácter autolimitado. Se debe, pues, evitar la realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos innecesarios.

Bleeding from the nipple in infancy: a reason for alarm?

Thelorrhagia is a rare entity in children. For this reason and for its association with tumour pathology in adults, it is usually a cause of concern. Its most common cause is mammary duct ectasia, although we must rule out other pathologies, such as mastitis, hormonal disorders, and tumours and cysts of the mammary gland.
We report the case of a one-month-old girl, who attends consultation after having small intermittent bleeding from the right nipple. The physical examination revealed the presence of a bloody discharge when we pressed this breast, showing no hypertrophy of the gland or any palpable nodules. In view of the exploration and the results of additional tests which did not suggest the presence of any mali nant process, we adopted an expectant attitude. After a few days, thelorrhagia spontaneously disappeared and the girl became asymptomatic.
It is important to note that most diseases that result in childhood thelorrhagia are mild and self-limited. We must therefore avoid performing unnecessary diagnostic and therapeutic procedures.

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