Ante el reto de educar bien

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V. Martínez Suárez

Bol. Pediatr. 2011; 51 (215): 1 - 2

Siempre hemos creído que el pediatra general está en una posición privilegiada para observar la sociedad, analizar sus comportamientos e intervenir favorablemente sobre ellos. El punto de vista cualificado le viene dado por su situación respecto de la persona –niño hoy, hombre o mujer mañana–, respecto de la familia, de los educadores y de la colectividad en que todos ellos desarrollan sus actividades. A poco que posea un espíritu curioso y atento, el pediatra dispondrá en cada niño que acude a su consulta de una instantánea de la sociedad y de su época: el niño, punto central de su quehacer profesional, es síntesis y definición de ambas. Y la percepción de cualquier disfunción en su vida, de cualquier alteración en su entorno, pueden ser estudiados y modificados con nuestra asistencia. Muchas veces será mediante un consejo directo, otras mediante pautas anticipadas; en cualquier caso, mediante la educación...

The challenge of providing good upbringing

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