La atención al adolescente en la práctica diaria. Problemas y soluciones

Volver a boletín

G. Castellano Barca

Bol. Pediatr. 2007; 47 (Supl.1): 41 - 44

Es evidente que el pediatra está habituado a tratar a lactantes y niños y que superar la barrera de los 12 años plantea algunas dificultades que aumentan a medida que el paciente va cumpliendo años hasta llegar a los 16, edad pediátrica máxima por ahora y que solo existe en alguna comunidad, aunque en otras pueden se atendidos con 15 años e incluso con más en ciertas condiciones. La Pediatría es una especialidad médica ligada como ninguna al crecimiento físico, psíquico y social y resulta obvio decir que el crecimiento no ha concluido a los 14 años, por lo cual parece lógico que el pediatra atienda a los adolescentes, sin pretender la exclusividad, por las razones indicadas, y por los conocimientos que tiene de ese paciente al que atendió desde el nacimiento. Se plantean dudas frecuentes cuando se trata de delimitar qué es adolescencia, qué es juventud y cuándo el sujeto es adulto. La OMS considera parto de mujer adulta el producido cuando ésta haya cumplido 20 años y los programas de ocio juvenil implantados en España van dirigidos a sujetos de entre 15 y 30 años de edad. Aunque escape un poco al contenido de esta publicación, consideró oportuno hacer algún comentario al respecto. Resulta llamativo que solo en tramos tan altos de edad se dediquen recursos para ocupar el tiempo de ocio juvenil y evitar conductas de riesgo. Creemos que también debieran dedicarse parte de esos recursos a la prevención para un ocio saludable a partir de 10 años. Nos parece acertado el criterio de la ONU que considera adolescentes a los sujetos de 12 a 18 años de edad y jóvenes de 18 a 24. Recientemente se ha acuñado un nuevo término: adultescentes, para referirse a los jóvenes de 24 a 30 años de edad y, en ocasiones más, que siguen viviendo en casa de sus padres con la dinámica socio-familiar que esto plantea...

\N

\N

Artículo completo (PDF) (129 kb.)

  • Otros