Puesta al día en alimentación complementaria

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J.M. Marugán de Miguelsanz , C. Alonso Vicente , R. Torres Peral , C. Ochoa Sangrador , A. Fernández-Valderrama , C. Iglesias Blázquez , A.M. Vegas Álvarez , J.M. Bartolomé Porro , S. Kanaan Leis , L. Crespo Valderrábano , C. Menéndez , H. Expósito de Mena , C. González-Lamuño , P. Alonso López

Bol. Pediatr. 2018; 58 (244): 117 - 124

Denominamos alimentación complementaria (AC) a la introducción en la dieta de alimentos líquidos o sólidos diferentes a la leche, durante el primer año de vida, con una adaptación progresiva a una dieta familiar(1). También llamada “weaning” (destete) en el mundo anglosajón (de significado erróneo, ya que debemos procurar simultanearla con la lactancia materna (LM) y no sustituir a esta), o “beikost” (término alemán utilizado más en Europa). En algún caso se ha sugerido considerar a la leche artificial dentro del concepto de AC, para insistir en la importancia de la LM exclusiva, pero por la confusión que podría crear, queda excluída del mismo(2). Se trata de un capítulo importante en cualquier tratado de nutrición pediátrica. El niño debería ser alimentado de forma exclusiva con lactancia materna durante los 6 primeros meses de vida, para alcanzar un crecimiento, desarrollo y salud óptimos. La leche materna cubre todas las necesidades del niño, siempre que la madre esté sana, y salvo excepciones que el pediatra valorará oportunamente. Solo en caso de ausencia o escasez de la misma, se suplirá con lactancia artificial adaptada. A partir de esa edad la leche materna es en general insuficiente para atender todas las necesidades nutricionales del lactante, y es recomendable desde ese momento añadir alimentos complementarios a su dieta, mientras se recomienda continuar con lactancia materna hasta incluso los 2 años o más allá(3).

Update on complementary feeding

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